Acabo de regresar de la fundación de corazones unidos, en contra de la indiferencia para celebrar Halloween con los niños de Soacha, eran niños y niñas entre las edades de 3 a 16 años, y sus sonrisas eran tan grandes aún cuando sus historias eran tan conmovedoras y llegando a ser muy valiosas para reflexionar sobre nuestras vidas. Cuando llegue estaba muy emocionada pues extrañaba tanto a estos niños tan adorables y amables pero al llegar me di cuenta que era la única con disfraz y tenía un vestido de Súper chica, me sentí tan apenada pues habían mas personas vestidas de diario niños y niñas de mi misma edad o mayores, pensé que me iban a juzgar o se iban a reír de mi, y eso me asusto tanto que me dio angustia y pánico entrar tenía lágrimas en mis ojos pensando que pensarían de mi, pero en realidad no pudo ser mejor. Entre con una de mis amigas que en realidad supuestamente también estaba disfrazada de esterilla de rock pero sólo tenía una chaqueta de cuero y los labios rojos, me sentía ridícula, pero apenas varios de los niños me vieron salieron corriendo a abrazarme, mis lágrimas y preocupaciones habían desaparecido por completo, niños que la anterior vez no había podido tener la oportunidad de hablar tanto llegaron a abrasarme diciendo que me extrañaban, quede muy sorprendida pues al comienzo pensé que me habían confundido con alguien más pero ellos recordaban y apreciaban tanto cada detalle, cada momento lo valoraban tanto en sus corazoncitos, recordaba cada carita tan bonita y cada nombre. Estos niños no tienen nada y menos comparado a los estudiantes del English, algunos tenemos tanto pero lo vemos como algo tan normal, tan indiferente pero cada pequeño objeto es algo por lo que nuestros familiares pelearon con todo su esfuerzo para conseguirnos cualquier cosa que queramos, sin embargo estamos en esta perfecta burbuja de cristal pero esta burbuja es una bomba del tiempo por que cada vez que crece más nos volvemos superficiales y falsos ante nosotros y los que nos rodean, pensamos que es tan normal poder viajar a otro país de puente, o pensamos que es tan simple el hecho de que tengamos que comer día a día, pero nada es gratis y nada es fácil en esta vida. Hoy un niño le dieron lágrimas por darle una rebanada más de queso, a otro niño le regale mi sándwich y aún por más de que tenía hambre lo empaco entre un par de servilletas y dijo que se lo enviaría a su hermanito que no tiene refrigerio que llevar para el colegio, son niños tan únicos tan especiales y que aún cuando tienen tan poco te dan no tanto. Estos niños no tienen prejuicios y aceptan a cualquiera que los reciba con una sonrisa, hoy me acerque a tres niñas y un niño que tenían alrededor de mi edad, solo les había preguntado cómo la estaban pasando y si necesitaban algo, me respondieron que estaban bien, pero después llegó otra niña que se iba sentar a lado de la mayor una linda niña de ojos cafés, pelo lacio y largo dijo que el puesto estaba ocupado por qué yo me iba a sentar ahí, me sorprendí pues apenas los había saludado y ya me habían invitado a sentarme con ellos y no tenían pena ni un solo pensamiento crítico ante alguien que acaba de conocer, aspecto que personas del Tes tienen de
sobra.
Los invito a ser voluntariados en este tipo de fundaciones por qué
escuchar en las noticias las situaciones tan horribles de niños que no conoces no causan el mismo efecto en nuestra conciencia, como nosotros que lo tenemos todo lo vemos como algo que pasa por un lugar muy muy lejano. Pero al conocer cada corazón, cada carita y sonrisa de estos niños que te abrazan y no te sueltan hasta sentir el más mínimo aprecio, lo cambia todo, cambia por completo la historia. Les presento a tata, a su hermana y a su prima, ellas tienen 6-7 años de edad, viven con su abuela ya que su madre no les ha podido brindar el tiempo suficiente para cuidarlas, ¿y sus padres? se preguntarán el padre de Tata y su tío están en la cárcel desde hace ya dos años por abuso sexual en sus casa. Estas tres niñas no se acercan a un hombre, lloran y gritan si un niño se llega a acercar aún si es para entregarles un jugo o con el más simple gesto, se paralizan así que no se necesita mucho más para unir las piezas del rompecabezas.
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